Glosaba el poeta…
Pueblo nuestro, pequeño y solitario.
En medio de unas pequeñas lomas,
Lomas de Campos.
Aquí nacimos y orgullosos de ti estamos,
mas, de pequeños o de mayores,
muchos ya marchamos,
Pueblo nuestro, a tí siempre volvemos,
a la casa donde nacimos,
a andar por tus pequeñas calles,
para ver a los hijos del pueblo
que en Lomas quedaron.
Pueblo nuestro, este nombre te pusieron
hace cientos de años
bien puesto está el nombre
pues aunque pocas son las lomas
de cada una de ellas
se divisa un horizonte infinito.
Pueblo nuestro, de la adusta meseta,
con su arroyo de Santa Ana,
su querida iglesia y su ermita pequeña,
a San Cristóbal dedicadas,
Pueblo nuestro, cuyo campanario,
envidia de la comarca,
del cual se decía el viejo dicho:
La Torre de Lomas,
por todos los sitios asoma.
Pueblo nuestro, Lomas de Campos,
a partir de hoy
para orgullo y admiración
de la provincia toda
nace un nuevo Torreón.
Para que podamos volver a divisar la llanura,
hasta que la vista se pierda
en el Puente de Aguarín.
Y así y para siempre,
de día y de noche
se podrá volver a decir que,
la Torre de Lomas,
por todos los sitios asoma,
Pueblo nuestro, este Torreón
para siempre será nuestro campanario,
el campanario de la iglesia de San Cristóbal’