Después de la Misa en recuerdo de nuestros ausentes, y recogido el santo en la Capilla de Santa Ana, clausuramos la exposición temporal.
Por la tarde, en un marco idóneo, el de la Torre-Mirador, Agustín de Lózar, desde San Salvador de Cantamuda, nos ofreció una muestra de arte ecuestre con dos de sus caballos que galopando, marcando el paso y con otros ejercicios y cabriolas hicieron las delicias de los asistentes dejándonos unas bellísimas imágenes del espectáculo en nuestras retinas.
Producciones Zarabanda brindó el colofón a la jornada con su obra “De Pícaros y truhanes”, que recibió igualmente un merecido aplauso por la calidad de los artistas y de su representación.